Tanto la leche como la miel proporcionan grandes cantidades de nutrientes e hidratación a tu piel. Proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y calcio el cual se está utilizando en las últimas fórmulas de cremas anti-envejecimiento. Se realiza con una esponja suave embebida en el preparado de leche (entera fresca), miel y un poco de levadura fresca, pasándola por todo el cuerpo igual una crema hidratante, dejando actuar unos minutos procediendo al secado posterios con suavidad a delicados toques. Es aconsejable hacerlo tres o cuatro veces a la semana para que puedas ver los cambios en tu piel. Igualmente el preparado caduca en una semana, al contener productos frescos y perecederos sin conservantes artificiales. El suave masaje de la esponja embebida en leche y miel hará que se eliminen las células muertas, que se hidrate profundamente la dermis y volviendo tu piel más suave y luminosa. La suavidad y textura de la piel serán indescriptibles, durante al menos 24 horas.
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