Si se pudiera agrupar por categorías la expresión
artística de un desfile por conceptos generales que abarcasen toda la
exhibición, la Moda sería fácilmente explicable. Eso no es posible la mayoría
de las veces, porque los esquemas de rompen, las líneas se alteran o las
tendencias se diversifican, incluso dentro de un mismo desfile. Ana Locking
también nos ha sorprendido en esta ocasión por la ruptura de la simetría en
cortes largos, lo original de sus colores flúor, el toque étnico de algunas de
sus prendas y el mensaje subyacente metafórico de la palabra ONE dentro de un
triángulo. Además de estas ideas creativas, la música que acompañó al desfile
supuso un verdadero canto de buen gusto y ritmo sincronizado y acorde a la
estética visual.
Los primeros vestidos que nos mostró la diseñadora
eran de corte clásico, largos y ceñidos al cuerpo en telas de color blanco tiza
y gris alabastro o bien azul marengo jaspeado con tonos dorados. En verticalidad
reñida con simetría difusa, los tejidos claros se matizaron con líneas que rompían
la dirección de clásica de los diseños. Mostrando cómo lo que en apariencia es
esbelto y alargado, en realidad está construido sobre muchas líneas y andamios multidireccionales.
El color flúor fue otro de los protagonistas del
desfile “What does God Say”. En apariencia asociado a eventos donde la
visibilidad es importante, como chalecos o prendas deportivas o de asistencia de seguridad o sanitaria, el color flúor muestra
en esta ocasión, de la mano de Ana Locking, que su valor informativo puede ser
amable y asociado a lo bello y estéticamente agradable, rompiendo otras asociaciones
previas que pudieran estar relacionadas a estos colores. Una falda corta terminada
en piquitos delanteros de color flúor, unas bermudas de chico con aires
desenfadado fluorescentes o una chaqueta con dibujos flúor son sólo algunos ejemplos del
guiño que Ana Locking nos hace a la paleta de colores tradicional matizándola con
otras gradaciones visuales y ondas de luz diferentes para el colorido a
percibir.
Sin embargo, no todo es “fluor” o “escente” en su colección
de Primavera-Verano 2014. También ha apostado por un aire étnico, lejano en el
espacio, evocador de otras culturas y valores. Colores sepia y naranja se
combinan en líneas alternativas y pliegues sencillos con dobleces en sombras
que complementan el misterio de los colores desérticos. En trajes cortos esta línea
étnica para chicos y para chicas, Ana Locking parece querer transportarnos al
equilibrio entre el idealismo y el realismo, reto que es harto complejo de
realizar, pero que la diseñadora decidió plantear en su nueva colección.
Como broche distintivo de este grupo de piezas en
tejido, tenemos el original, no carente de matices, triángulo del ONE. En
triángulo isósceles, Ana Locking nos aporta en este desfile otra figura geométrica
como firma de sus colecciones, en forma de distintivo único para sus prendas,
tal y como ya realizó en su anterior colección de McGuffin con una estrella de
cinco puntos. Ahora la estrella tiene un solo punto, ONE, como ejemplo de
síntesis entre lo ideal y lo material, en un solo gesto figurativo, que incluye
en su interior el mensaje de la colección, que es tridimensional, como la
realidad, pero con ideas, metáforas y simbolismos, todo en uno, en la colección ONE, porque
al fin y al cabo, la pirámide de la providencia y el arte de la Moda han de
estar juntos en su expresividad.
La música es
otra de las protagonistas en este desfile, donde el ritmo y la coordinación
entre tejidos, caminares y coloridos parece estar expresando una pieza completa
de arte con mayúsculas. Las piezas que
sonaron fueron "Tron Legacy Bso" de
Daft Punk, "Full of fire" de The Knife, "We got ticket to the
moon" de Ost & Kjex, "Triangle Walks" de Fever Ray,
"True Romance" de Citizens.
Gracias Ana, por hacer de nuevo de tu colección un evento para pensar, deleitarse con todos los sentidos y plantearse el futuro con perspectiva optimista.
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